ORGANIZACIONES SOCIALES DE PASTAZA AFIANZAN ALIANZAS FRENTE A LA POLÍTICA EXTRACTIVISTA EN LA AMAZONÍA
Puyo, 3 de Agosto de 2012
En la provincia de
Pastaza, movimientos sociales amazónicos marcan su posición ante la XI
ronda petrolera; organizaciones indígenas, campesinas y urbanas
comprometidas con la defensa de la selva amazónica emprenden de manera
conjunta una Campaña Popular de Comunicación y Acción ante la inminencia
de la Decimo Primera Ronda Petrolera que el gobierno central viene
impulsando en el centro sur amazónico. La campaña tiene por objetivo
difundir ante la colectividad información que contraste el discurso
unilateral sobre los supuestos beneficios del extractivismo, aportando
de esta manera con una visión crítica por parte de la población en torno
a la actividad petrolera; también busca propiciar y construir
posicionamientos y propuestas alternativas ante el extractivismo que
nazcan de la discusión y debate colectivo entre los diferentes sectores
sociales de Pastaza.
La iniciativa nace de la
preocupación de los sectores organizados de Pastaza ante la campaña
publicitaria y mediática desplegada en comunidades, parroquias y
cantones de las seis provincias amazónicas, así como el proceso de
socialización impulsado para promover la XI Ronda petrolera por parte
del gobierno de turno. En estos actos se ha constatado la divulgación de
información parcializada hacia los intereses extractivos, que
convierten al pueblo en un simple receptor de información y no le
brindan la posibilidad de mirar esta realidad bajo una lectura crítica,
nacida de su propia reflexión y debate colectivo. Ante ello, es
indispensable dar a conocer a la colectividad las distintas experiencias
afrontadas por los pueblos del nororiente amazónico luego de 40 años de
era petrolera, así como contrastar los supuestos beneficios del
petróleo con las potencialidades ecológicas y turísticas de la Amazonía
central, antes de simplemente validar un proceso de expansión de la
frontera petrolera que cambiará el panorama social, cultural, económico y
ambiental del centro sur amazónico para las décadas que vendrán,
marcando el destino de toda una región habitada por seres humanos y
naturaleza, en función de la voracidad de las transnacionales
petroleras.
La campaña no busca
convencer o brindar información unilateral, sino ampliar el canal de
difusión de los perjuicios del extractivismo, ya que en la fase de
socialización promovida por el gobierno se omite un aspecto fundamental:
la posición de las organizaciones sociales y los pueblos asentados en
el sur oriente amazónico, directamente afectados por las iniciativas
previstas a corto y mediano plazo en sus territorios. Una respuesta
reflexiva y consciente solo puede nacer de un gran debate y discusión
entre todos los sectores de la sociedad amazónica, y no únicamente de la
posición exclusiva del estado. Es el pueblo quien, con información de
primera fuente, consciente y organizado, debe definir las riendas de su
destino sin ser convertido en un mero receptor de información que valide
planes estratégicos que responden claramente a intereses de sectores
dominantes de la economía mundial: las transnacionales mineras y las
empresas petroleras nacionales y extranjeras.
La campaña tiene por sector directo de
incidencia a la población campesina, indígena y mestiza de la zona
urbana de Puyo, así como comunidades rurales de Pastaza. De igual
manera, al ser todos co-responsables del mismo futuro común, la acción
refuerza la posición de los pueblos y nacionalidades de las selvas bajas
del centro-sur amazónico, quienes han marcado su oposición a los planes
de expansionismo petrolero en sus territorios, posición ratificada el
26 de Julio de 2012 por las federaciones y nacionalidades amazónicas
aglutinadas en la CONFENIAE, en respuesta al Decreto Ejecutivo No. 1247
del 19 de Julio que “regula” el derecho a la consulta previa, libre e
informada en el proceso de licitación de bloques petroleros. En la
declaratoria, 11 organizaciones, federaciones y confederaciones (NAE,
Sarayaku, FENASHP, NASHIE, COBNAEP, NASE, NASHE, FEPCESH-S, COICA,
CONAIE y CONFENAIE) demandaron el “respeto a la propuesta de las
nacionalidades indígenas de Orellana, Pastaza y Morona Santiago de la
moratoria en perpetuidad ante la actividad petrolera en sus territorios”
(7 de Febrero de 2012); expresa además que las organizaciones se
mantendrán en estado de permanente alerta ante la política extractivista
del gobierno y declara como inconstitucional el decreto 1247,
rechazando la ilegal implementación de la socialización de la XI Ronda
Petrolera y exigiendo su inmediata suspensión en todas las comunidades y
territorios amazónicos.
¿Por qué pensar que el modelo extractivista es la única salida?
Tras todas las rimbombantes promesas de empleo, ganancias, tecnología y
desarrollo pregonadas como “beneficios” con las cuales el régimen
sostiene que la mayoría de ganancias se quedan en el país para invertir
en obra social, la verdad –tristemente constatada e inocultable- es que
las mayores ganancias van a las arcas de las transnacionales y las
mayores pérdidas se reparten entre nuestro pueblo campesino e indígena y
en todos los ríos, esteros, bosques, fauna y flora. Por tanto, antes de
pretender expandir la frontera petrolera y tomar la vía del saqueo de
nuestra Pachamama, sería indispensable que el gobierno rinda cuentas al
pueblo ecuatoriano de todos los perjuicios tanto ambientales y sociales
como la distribución de la riqueza, que tras más de 40 años de
explotación petrolera hemos sufrido. Seguramente, si al rendir cuentas
se dijera toda la verdad, más y más ciudadanos comprenderían mejor la
postura de muchas organizaciones y comunidades campesinas e indígenas de
defender el agua, los campos, los bosques, en suma la vida,
cuestionando este modelo y haciéndole resistencia. Antes de más
destrucción y saqueo, es precisa la reparación de daños sociales y
ambientales causados por las transnacionales y por la empresa estatal,
daños que se han hecho públicos y daños de los que ni siquiera se habla.
Finalmente, reivindicamos como acto fundamental el respeto a la
autodeterminación de los pueblos indígenas y al derecho a ser
verdaderamente consultados. Por ello, al pueblo le queda su principal
arma, la que siempre ha tenido, la hermosa posibilidad de organizarse,
de resistir y avanzar en la lucha. De ahí que se comprende la firme
consigna gritada mil veces en las calles:
La selva no se vende, la selva se defiende.
Petróleo, festín para el imperialismo!
MANIFIESTO DE LAS ORGANIZACIONES
La
resistencia contra los proyectos petroleros y de megaminería en la
Amazonía ha sido uno de los puntos más altos de la lucha popular en los
últimos años en nuestro país. Tras todas las rimbombantes promesas de empleo,
ganancias, tecnología y desarrollo pregonadas como “beneficios” por la
industria petrolera y su sempiterno vocero-el Estado- existe en la
realidad y de manera inevitable, mayor enriquecimiento de las transnacionales,
que de otra manera no podrían subsistir como tales. Frente a esto, el
régimen diría que la mayoría de ganancias se quedan en el país, dinero
que se invierte en obra social pero que en realidad,implica mayores
ganancias que van a las arcas de las transnacionales mientras que las
mayores pérdidas se reparten entre nuestro pueblo campesino e indígena y
en todos los ríos, esteros, bosques, fauna y flora que por más que se
esfuercen en ocultar el desastre ambiental, se afectan irremediablemente
día a día.
Si hay a quien los hechos graves de
contaminación ambiental no le convencen por parecerle una visión
romántica de la naturaleza, será importante por ejemplo, que revise la
historia de derrames y contaminación de campos de cultivo y fuentes de
agua que desde la Texaco hasta hoy con Petroecuador, se han dado y
siguen dándose, como siempre, sin que nadie diga nada o haga denuncia de
ello. Entonces no parece descabellado desconfiar de una industria que
frecuentemente destruye y contamina el agua que los campesinos de la
Amazonía norte consumen, o los campos en los que deben cultivar sus
alimentos, o los bosques donde los pueblos originarios recolectan
frutos, plantas medicinales y materiales para su artesanía, donde hacen
cacería y se encuentran con los espíritus de la selva, cuestiones
fundamentales para la reproducción de su cultura, para la continuidad
histórica de nuestras raíces.
Nos queda entonces reflexionar en la
pregunta de partida ¿es el extractivismo la única salida para nuestro
país? Tenemos que decir irremediablemente que, antes de pretender
expandir la frontera petrolera y tomar la vía del saqueo de nuestra
pacha mama, sería indispensable que el gobierno rinda cuentas al pueblo
ecuatoriano de todos los perjuicios tanto ambientales y sociales como la
distribución de la riqueza, que tras más de 40 años de explotación
petrolera hemos sufrido. Seguramente, si al rendir cuentas se dijera
toda la verdad, más y más ciudadanos comprenderían mejor la postura de
muchas organizaciones y comunidades campesinas e indígenas de defender
el agua, los campos, los bosques, en suma la vida, cuestionando este
modelo y haciéndole resistencia. Entonces, primero que nos digan la
verdad para poder discutir qué futuro queremos.
Ante la intención de poner nuevamente en
venta nuestros recursos a los nuevos colonizadores del mundo-las
corporaciones transnacionales imperialistas- exigimos la redistribución
de rentas petroleras de los campos que ya existen, es inconcebible que
un grueso del presupuesto de Estado, alimentado por estas rentas, sirva
para financiar campañas políticas partidistas alimentando la mafia de la
publicidad y propaganda del oficialismo, la enorme capa de burocracia
creada en los últimos años, los mítines, actos proselitistas y
movilizaciones postizas que el régimen insiste en realizar para
convencernos de que el pueblo está con él.Antes de más destrucción y
saqueo, exigimos la reparación y saneamiento de los daños
socio-ambientales causados por las transnacionales y por la empresa
estatal, daños que se han hecho públicos y de los que ni siquiera se
habla. Reivindicamos como acto fundamental el respeto a la
autodeterminación de los pueblos indígenas y al derecho a ser
verdaderamente consultados siempre que el resultado de esa consulta sea
el consentimiento previo, libre e informado y no meramente informados de
los proyectos en ejecución.
Si en una sociedad más justa e
igualitaria, realmente socialista, las circunstancias geopolíticas y
económicas exigieran –como cuestión emergente- subsistir con las rentas
petroleras, eso debería darse bajo ciertas condiciones: primero que la
administración del Estado esté en manos de la clase trabajadora y no de
un puñado de burgueses e intelectuales, segundo, garantizar
que todas las rentas generadas se distribuyan de manera equitativa en
la sociedad, tercero, que la inversión en tecnología para minimizar
impactos y operar responsablemente sea alta y no como hoy, cuarto y
fundamental, que el conjunto de la sociedad, es decir campesinos,
indígenas, sector urbano, organizaciones sociales, de manera consciente
acordaran las circunstancias en las que es viable una propuesta así, lo
cual no significa de ninguna manera avalizar el extractivismo como único
modelo de desarrollo y peor aún al capitalismo como sistema económico.
De esto se desprende que, la única garantía que tenemos para que la
explotación racional de un recurso como el petróleo vaya en beneficio
real del pueblo, depende de que el pueblo esté realmente en el poder.
Pero el extractivismo no es un propuesta en sí misma, es una respuesta
immediata con daños irreversibles, incompatible con la vida.
Resulta imposible pensar en el poder
popular esto cuando la lucha y resistencia social es permanentemente
criminalizada, cuando so pretexto de desarrollo se impone más de lo
mismo, cuando se descalifica de manera prepotente y ciega al movimiento
social mancillando la legitimidad de sus demandas y la trayectoria de
su lucha. Por tanto, al pueblo le queda su principal arma, la que
siempre ha tenido, la hermosa posibilidad de organizarse, de resistir y
avanzar en la lucha.
PLANTEAMIENTOS Y PROPUESTAS
Es poco lo que se ha discutido en
colectivo, habiendo diversas posiciones y puntos de vista que deben
expresarse en debates y discusiones colectivas que generen
planteamientos y propuestas concretas frente a la realidad que vivimos
los amazónicos. Como un aporte, trazamos este camino a seguir en
conjunto con todos los sectores sociales, comunidades, organizaciones,
nacionalidades y pueblo en general que configuran el escenario
amazónico.
§ Las
organizaciones sociales, nacionalidades, frentes urbanos, sectores
independientes y la colectividad amazónica, debemos propiciar el debate y
la discusión frente a la problemática amazónica en todos sus aspectos.
Un pueblo desinformado no puede decidir sobre su destino; un pueblo no
puede ser un simple receptor de modelos externos; el mismo pueblo debe
determinar las riendas de su propio destino. Queda entonces discutir y
reflexionar sobre la expansión de la frontera petrolera en el marco de
la XI Ronda Petrolera.
§ Las
entidades competentes deben esclarecer el manejo y destino de los
recursos derivados de las rentas petroleras a través de rendiciones de
cuentas que muestren a la colectividad el escenario real de la era
petrolera pasada, presente y futura. La explotación petrolera en los
bloques actuales ya genera ingresos que permiten sustentar gran parte
del gasto público del pueblo ecuatoriano; la ampliación de la frontera
petrolera responde en cambio al afán desmesurado de acumulación
capitalista de empresas nacionales y transnacionales y es defendido por
los intereses económicos particulares de la burguesía en el Ecuador.
§ Las
potenciales fuentes de ingreso para la Amazonía son su rica
biodiversidad: la selva que posee un 80% de bosques en estado natural en
el centro sur. Las provincias amazónicas, denominadas por sus gobiernos
locales como Ecológicos, deben responder a este carácter, con el cual
la explotación petrolera es incompatible e incoherente. Así, existe en
la Amazonía innumerables alternativas probadas como el ecoturismo y
turismo comunitario, producción agro-ecológica que merecen ser
escuchadas, antes de sembrar nuestro territorio con torres y pozos
petroleros.
§ Son acciones inmediatas que requieren de la acción decidida de la colectividad:
i) El
respaldo a la posición de los pueblos y nacionalidades amazónicos en
rechazoa las pseudo-socializaciones en sus comunidades, calificándolas
de ilegítimas por violar sus derechos colectivos y exigiendo su
inmediata paralización en todos los rincones de sus territorios.
ii) La
formulación de pronunciamientos y resoluciones populares en asambleas
comunitarias donde se discutan estos y otros aspectos desde una postura
verdaderamente democrática, no unilateral o parcializada hacia intereses
económicos particulares.
iii) La
movilización como herramienta fundamental de lucha para exigir el
verdadero cumplimiento de nuestros derechos, planteamientos y posiciones
ante la sociedad amazónica.
iv) La
unidad de todos los sectores en lucha y resistencia para enfrentar de
manera conjunta la arremetida del capitalismo moderno, cuya punta de
lanza en la Amazonía ecuatoriana es la implantación de la XI ronda petrolera y la derivada ampliación de la frontera petrolera en el centro-sur amazónico.
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