"SE TRATA DE UN SOCIALISMO QUE RECOGE LAS BANDERASSOCIALISTAS POR LA IGUALDAD Y LA JUSTICIA, EN UNPROCESO DE RADICALIZACIÓN DE LA DEMOCRACIA,COMBINÁNDOLAS CON EL PROYECTO DE RECONSTITUCIÓNDE LAS COMUNIDADES Y DE LAS NACIONES Y PUEBLOSINDÍGENAS ORIGINARIOS. TAMBIÉN SE PODRÍA DECIR QUEEL SOCIALISMO COMUNITARIO RECOGE NUEVAMENTEEL PROYECTO COMUNISTA, RETOMANDO LA MATRIZCOMUNITARIA ARTICULADA A LA FORMA COOPERATIVADE TRABAJO, AL INTELECTO GENERAL, A LA CIRCULACIÓNDE LOS SABERES Y A LA VOLUNTAD COLECTIVA"ABRIL 2010 29
Interpretando estas características,
se trata de un socialismo que recoge las banderas socialistas por la igualdad y
la justicia, en un proceso de radicalización de la democracia, combinándolas
con el proyecto de reconstitución delas comunidades y de las naciones y pueblos
indígenas originarios. También se podría decir que el socialismo comunitario recoge
nuevamente el proyecto comunista, retomando la matriz comunitaria articulada a
la forma cooperativa de trabajo, al intelecto general, a la circulación de los saberes
y a la voluntad colectiva, entendiendo el campo de posibilidades que abre la
revolución tecnológica, articulada a la recuperación de tecnologías ancestrales.
Se entiende, a diferencia de lo que ocurrió durante el siglo XX, cuando se
inventa la hipótesis del socialismo en un solo país, que el socialismo es una
tarea a escala mundial; que la economía mundo capitalista y el sistema mundo
sólo pueden ser reemplazados por una economía integral y una sociedad integral socialistas
de una forma global.
Ahora bien, se entiende que esto no
se consigue de la noche ala mañana, no es de un día para otro; se trata de una
transición, que Samir Amin comprende como transición larga al socialismo, a
través de un mundo multipolar. Esto quiere decir que se tiene que romper
primero con el carácter unipolar del mundo actual. Esto significa quebrar la
dominación de la hiperpotencia económica y militar-tecnológica de Estados
Unidos, lo cual también significa retomar la lucha antimperialista en el
contexto contemporáneo, en el contexto de las guerras de control emprendida por
la hiperpotencia, la llamada guerra interminable contra el terrorismo, que en
realidad es una guerra de control delas reservas hidrocarburíferas del planeta.
¿CÓMO PUEDE ENTENDERSE ENTONCES ESTE
SOCIALISMO COMUNITARIO?
1. En primer lugar, tiene que ser
igualitario; tiene que hacer desaparecer las clases sociales y las diferencias
sociales, tiene que derrumbar la estructura de clases, construir una sociedad igualitaria,
con igualdad de oportunidades para todos.
2. En segundo lugar, tiene que
lograr la justicia; se trata ciertamente de una sociedad armónica,
interpretando el sentido de justicia en el sentido etimológico originario;
empero, también se tienen que resolver problemas prácticos de accesibilidad a
la justicia, lograr la desmercantilización de la justicia y sudesburocratización.
Todo esto se enmarca en el pluralismo jurídico, establecido en la Constitución,
reconociendo la jurisdicción originaria campesina, de acuerdo con las normas y
procedimientos propios de las naciones y pueblos, que se construye a partir de
otra ética, la ética con la naturaleza y la comunidad, además de otra forma de
administración de justicia.
3. En tercer lugar, tiene que expandir
la libertad, profundizando, radicalizando la democracia, llevándola hasta donde
dice la Constitución Política del Estado, la democracia participativa, lo que
equivale a trasformar el sistema de gobierno y el sistema político.
4. En cuarto lugar, es
indispensable abolir la explotación de la fuerza de trabajo, pero ¿cómo se hace
esto? ¿Expropiación de los grandes medios de producción, de los monopolios, delas
trasnacionales? ¿Es suficiente para escapar a la historia de la explotación de
la fuerza de trabajo? ¿Podremos algún día salir de la esfera del valor y por
tanto de la teoría del valor? ¿Se trata de repetir la dramática historia del
socialismo realmente existente? ¿De inventar otro socialismo? ¿No era más
adecuado el socialismo de la versión del marxismo humanismo yugoslavo, con la
experiencia de la autogestión obrera en las fábricas? O, por el contrario, ¿se
trata de convivir con la propiedad privada de los medios de producción, estableciendo
claramente el derecho de los trabajadores y siendo rigurosos en su cumplimiento?
¿Es posible un capitalismo humanista, más grave aún si nos preguntamos sobre la
convivencia armónica entre el capitalismo y la naturaleza?
Empero, ¿cómo resolver este
problema si tomamos en cuenta que queremos embarcarnos en una nueva experiencia
de desarrollo e industrialización? ¿Es suficiente con que la gente tenga su
trabajo y se le garantice el salario a partir del mínimo vital?
Como se puede ver, son problemas
pendientes. ¿Qué es el socialismo? Cuando hablamos de socialismo, ¿de qué
hablamos exactamente? Karl Marx hablaba del salto del reino de la necesidad al
reino de la libertad, es decir, trabajar cada vez menos y ocupar el tiempo
libre en la creatividad. Esto es ciertamente una utopía. ¿Podrá realizarse esta
utopía? ¿Se ha realizado en las comunidades indígenas? Algunos antropólogos lo
creen, pero ¿qué hacemos cuando se trata de la población de un país entero?
Está complicado.
¿Podemos renunciar al socialismo,
sin renunciar a la vez a nuestro más caro deseo de igualdad? Ciertamente, el
socialismo fue una respuesta al capitalismo elaborada durante la modernidad, capitalismo
que también fue un producto de la modernidad.
¿O fue la modernidad el producto
del capitalismo? Con esto, no podríamos hablar de otra modernidad, sino de la
modernidad capitalista. Por eso, teóricos como Antonio Negri apuestan por una
superación de la modernidad.
No hay respuestas y las respuestas
no son teóricas; se darán en la práctica, en el movimiento dinámico de la
realidad, en la dinámica de la praxis, en el desenvolvimiento de la lucha de clases.
Sin embargo, a pesar de las dificultades de la problemática, lo que no puede
perderse de vista es la necesidad de claridad sobre estos asuntos.
Por lo menos,
algo debe quedar claro: no podemos convivir pacientemente con el capitalismo,
no sólo por la exponencial de explotación de la fuerza de trabajo ni sólo por todos
los peligros que implica el efecto de la polarización, entre ellos los
relativos a la contaminación ambiental y al cambio climático, sino también
porque hay que encontrar una salida al conjunto de contradicciones generadas en
un mundo polarizado y lleno de conflictos de la economía mundo capitalista.
Ciertamente, no tenemos por qué
sentirnos solos en esta empresa, pues es una tarea de la humanidad; es una
responsabilidad mundial encontrar una salida.
En lo que respecta a lo que nos
toca, es importante asumir nuestra parte de la tarea, esto es, aprovechar el
momento político, la hegemonía indígena popular para orientar el proceso por medio
de una conducción radical de la democracia, logrando los niveles más amplios de
participación y de formación de los nuevos sujetos sociales.
Lo que sí tiene que cambiar
inmediatamente es la forma de hacer política; la política no puede ser una
reiteración de las formas de gobernabilidad liberal. Se debe romper la
separación entre gobernantes y gobernados.
Se debe asumir lo que dice la Constitución,
la construcción colectiva de la decisión política, la construcción colectiva de
la gestión política, la construcción colectiva de las leyes, de la administración
de las leyes y de las transformaciones institucionales. No podemos eludir estos
problemas subyacentes y explícitos, tampoco eludir esta tarea con retóricas.
Las palabras no sustituyen la realidad.
Es menester una transformación
material, sustancial, verídica de las relaciones sociales, de la relaciones de
poder, de las formas políticas y de las instituciones. Entre estas tareas, la
descolonización parece ser una labor primordial en un proceso de emancipación.
5. Parece ser que la salida de la
esfera del capitalismo no encuentra su ruta critica repitiendo la historia de
la revolución industrial, volviendo a incursionar por el desarrollo nacional, entendido
como el cumplimiento de una meta, sino más bien se trata retomar la herencia y
la experiencia comunitaria de las naciones y pueblos indígenas originarios
campesinos, como nombra la Constitución, herencia que transmite la forma de organización
integral de lo que ahora llamamos economía, política, cultura, a partir de
códigos e instituciones culturales que valoran el circuito del don, la reciprocidad,
la redistribución, el prestigio y la rotación. En la interpretación de la
Constitución, esto se recoge en la traducción del suma qamaña, el ñadereko, elivimarei
y el qhapac ñan como “vivir bien”.
De lo que se trata es de retomar esta
herencia en la actualidad, articulándola con la revolución tecnológica. Esta
tarea no es nada fácil, por cierto, pero actualiza instituciones ancestrales en
la contemporaneidad.
Esto también significa comprender
la base de lo que se haga, se llame hipotéticamente socialismo o mejor
comunismo o quizá otra cosa completamente diferente, como volver a las raíces,
a entender de algunos intelectuales aymaras, con quienes comparto la tesis,
planteamiento que podríamos llamar la vía de la otredad, de la alteridad a la
modernidad.
En esta formulación, hay el riesgo,
por cierto, de que esto último nos lleve a circunscribirnos en nuestra propia
especificidad, sin lograr del todo articularnos a la lucha anticapitalista global.
Parece ser que la alteridad viable al capitalismo es una construcción mundial.
A esta construcción llama Samir Amin la larga transición al socialismo. Sin
embargo, esta transición larga al socialismo no está exenta de cumplir dos
tareas: resolver el problema de la explotación de la fuerza de trabajo y
retomar contemporáneamente la reconstitución de las comunidades, actualizadas y
articuladas a los procesos de radicalización dela democracia. No sé si entender
que esto ocurre en otra modernidad o más bien se trata de adentrarse por los
caminos dela posmodernidad, o quizá, expresándolo de una manera más amplia, de
la trans modernidad.
En sentido propio, nombramos a este nuevo espacio-tiempo como
pachacuti, que combina los sentidos de trastrocamiento, retorno, cambio, nuevo
ciclo.
6. El camino de la reconstitución
comunitaria es el que se ha plasmado en la Constitución Política del Estado. Se
ha definido al Estado, además de plurinacional, como comunitario. Se configura materialmente
esta forma de Estado en las autonomías indígenas, que pueden tener distintos
alcances, menores al municipio, del tamaño del municipio o regionales.
Se
establece este carácter de Estado transversalmente, en el sistema de gobierno ,en
el marco de la democracia participativa, como el ejercicio de la democracia
comunitaria; en los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios;
en el pluralismo jurídico, con la constitucionalización de la jurisdicción
indígena originaria campesina; en la reterritorialización comunitaria de las
autonomías indígenas y en el modelo económico, entendido como socialcomunitario,
donde se reconoce expresamente la economía comunitaria. Ésta es la ruta crítica
de la descolonización.
Esto es en lo que respecta a lo comunitario,
aunque también se puede entender por comunidad las nuevas formas colectivas de
resistencia al capitalismo; en esta perspectiva, no olvidemos que la Comuna de
París planteó un proyecto de sociedad autogestionaria. Desde esta experiencia,
se recoge el proyecto comunista como alternativa radical al capitalismo,
sustentado en el desarrollo de las fuerzas productivas logradas, basado en el
trabajo cooperativo, en el intelecto general, en este sentido en estructuras de
comunidad conformadas como el lenguaje, la ciencia y la comunicación.
En conclusión, las tareas estratégicas
son dobles, devenidas dela lucha anticapitalista y de la lucha anticolonial,
aunque ambasse encuentran íntimamente imbricadas, pues el colonialismo es la
forma violenta de expansión capitalista y la colonialidad es el lado oscuro de
la modernidad. No hay lucha anticapitalista que no sea consecuentemente
anticolonial; no hay lucha anticolonial que no sea consecuente anticapitalista.
Como hipótesis interpretativa del análisis hecho, podemos decir que la lucha anticapitalista
es retomada por el proyecto socialista, en mejorescondiciones teóricas, por el
proyecto comunista; en tantoque la lucha anticolonial es retomada
consecuentemente en el proyecto de reconstitución comunitaria y, de manera
abierta y matizada, intercultural, por la proyección de lo plurinacional.
Quizá el mejor lugar de articulación
entre ambos proyectos sea la reinterpretación del proyecto comunista a partir
de la reconstitución comunitaria. En resumen, la hipótesis política del
socialismo comunitario combina el proyecto anticapitalista de los trabajadores
con el proyecto descolonizador de los movimientos indígenas.
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